lunes, 31 de julio de 2017

Niños felicices

  

Ser feliz es algo que se aprende, así como los miedos y el modo en que nos comportamos ante las frustraciones, etc. Cuando los niños viven en un ambiente feliz, aprenden a ser felices. Confían en la presencia de sus cuidadores y se aventuran a explorar el mundo porque confían.

La felicidad va mucho más allá del tener, poseer, etc. Reside en la ilusión, en el deseo y en lo que emplea un niño para conseguir lo que quiere. A la hora de educar a nuestros hijos, son muchos los aspectos que consideramos y muchas veces dejamos de lado los sentimientos y sólo nos centramos en su bueno mal comportamiento.


Existen algunas claves que los padres pueden considerar a la hora de educar a niños felices:


1- Establecer un canal de comunicación con ellos a través de actividades como el juego, el baile, el dibujo, la música, la cocina, o simplemente viendo una película o compartiendo un cuento infantil, una manualidad, una adivinanza, etc.



2- Enseñando a los niños a aceptar sus frustraciones, de una forma constructiva y positiva. También tienen que aprender a perder. A través de los límites se puede enseñar a un niño sobre lo que es más o menos importante, y qué es lo que esperas de ellos.


3- Dejar que exprese sus emociones, sus enfados... No lo reprimas, puede generar inseguridad y miedo a mostrarse tal y como es. Es positivo enseñarle a respetar sus emociones, y buscar soluciones.


4- Valora a tu hijo por sus virtudes moralesEnséñale a compartir, a ser amigo, a ser responsable con sus cosas, a tener disciplina con sus tareas, etc. Estos valores son los que le quedarán para su vida adulta.


5- No lo compares con otros, amigos o hermanos. Acéptalo tal y como es, con sus virtudes y defectos.


6- Las palabras tienen poder sobre los niños. Si estás diciendo continuamente a tu hijo que él “es malo”, que “siempre hace todo mal”, lo que conseguirás es bajar la autoestima de tu hijo, y no animarle a que se esfuerce para mejorar. Las malas palabras tienen un efecto al revés en los niños y en cualquier persona.


7- Enseña a tu hijo a ponerse en el lugar del otro. Que él busque no hacer a los demás lo que no le gustaría que hiciesen a él.


8- Enseña a tu hijo a reconocer y a agradecer por todo lo que tiene, de corazón. Es importante que él sepa que es un niño privilegiado, que tiene unos papás que le quieren, una casa en que vivir, comida, escuela, amigos, salud,... ufff... ¡hay tanto por agradecer!




Y ámalo sobre todas las cosas y bajo cualquier circunstancia. Del modo incondicional que merecen. El amor no está en venta.








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